¡Hola a todos!
El otro día estaba paseándome por blogger
(JAJAJAJA y digo "el otro día" como si realmente estuviera teniendo tiempo de pasearme por blogger JAJAJAJA) cuando me llamó la atención una nueva iniciativa creada por Arale, del blog
La taberna del cruce (vale, no fue el otro día. Creo que fue en verano. Me habéis pillado: esta es una entrada "precocinada", como yo las llamo, pero en mi defensa diré que es que no tengo tiempo [o ganas] ni para rascarme la nariz, tengo una semana mortal-criminal por delante y estoy teniendo unas semanas mortales-criminales por atrás que tela marinera...). Y cuál fue mi sorpresa al descubrir que era una llamada de socorro para el pobre Imperativo (que podéis leer
aquí). Esa forma verbal tan abandonada últimamente, sobre todo en la segunda persona del plural, por razones desconocidas para el género humano.
Y es que como dice Arale últimamente se ve por todas partes a gente que dice
“Ver este vídeo, que es gracioso”,
“Ir a comprarme una jarra de cerveza” o
“Regar los geranios que se van a quedar feos” (sí, no se me han ocurrido mejores ejemplos. No estoy muy imaginativa). ¿No os duele en el alma leer esa aberración? Y mientras escribís eso dejáis llorando y abandonado al sufrido Imperativo, tan útil en estas ocasiones, y al que le quitáis el trabajo y le arrojáis a la cola del Paro sin un ápice de compasión. Por vuestra culpa el pobrecito acabará viviendo debajo de un puente y pidiendo limosna. ¿No os da vergüenza?
Porque el Imperativo se usa para dar órdenes, ruegos o deseos. Y se debe escribir así (siguiendo los ejemplos anteriores):
“Ved este vídeo, que es gracioso”,
“Id a comprarme una jarra de cerveza” o
“Regad los geranios que se van a quedar feos”. ¿A que suena mejor?
Quered a ese pobre abandonado, que sólo quiere darle sentido a la vida. Y a la gramática.